Reducimos el amor a lo "grande", cuando en lo más pequeño podemos definir la magnitud inabarcable del amor infinito; el que se manifiesta sin condiciones, que se da a sí mismo plenamente, inmanente y "atemporal"
04 febrero 2015
Aguas diáfanas
Clara y limpia, así es la situación que me rodea gracias a ti, el mejor actor que ha pasado a raudales por mi cuerpo.
El frenesí de las noches donde nos fundimos sin pudor, agotando toda necesidad que nuestros cuerpos pedían a mitad de la noche en santiago, hoy es escarnio para nuestras vidas. Es sinónimo de que nunca el oscuro cielo volverá a gozarse con nuestras desvergonsuras.
Si he de agradecerte por algo, ha de ser por la fortaleza que me ha venido de sobremanera después de que tu imbecilidad me arrancara todo el amor que vertí en ti y en ese hoy lejano y despreciable nosotros.
La soledad me mece tranquila sobre sus aguas, que ha pesar de lo helada que estuvieron en su momento, hoy son puras, diáfanas y cálidas.
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